Empresario Individual
Empresario Individual, también llamado autónomo, es una forma jurídica adecuada cuando se quiere crear un negocio de poca inversión (por ejemplo una tienda de ropa, un bar, una peluquería, etc.) o una negocio estacional (para ofrecer servicios sólo en verano o en Navidad), sin poca o ninguna necesidad de personal y con una finalidad básicamente de autoempleo. Entre las ventajas que tiene esta forma jurídica para empezar un negocio están:
- Es idónea para el funcionamiento de empresas de muy reducido tamaño.
- Es la forma que menos gestiones y trámites implica para la realización de una actividad empresarial, puesto que no se tiene que realizar ningún trámite para constituir una sociedad con personalidad jurídica.
- Puede resultar más económico, dado que no crea persona jurídica distinta del propio empresario.
Por lo que se refiere a los inconvenientes del empresario individual frente a otras alternativas, los principales son:
- La responsabilidad del empresario es ilimitada. El empresario individual realiza la actividad empresarial en nombre propio, asumiendo los derechos y obligaciones derivados de la actividad.
- Responde con su patrimonio personal de las deudas generadas en su actividad.
- El titular de la empresa ha de hacer frente en solitario a los gastos y a las inversiones, así como a la gestión y administración.
- Si su volumen de beneficio es importante, puede estar sometido a tipos impositivos elevados ya que la persona física tributa por tipos crecientes cuanto mayor es su volumen de renta, mientras que las sociedades de reducida dimensión tributan al tipo del 25%.
Para ejercer como empresario individual hay que darse de alta como autónomo tanto en Hacienda (Agencia Tributaria) como en la Seguridad Social. En la página web de la Dirección General de Política de la Pyme puede obtenerse una Guía sobre el Empresario Individual en la que se explica con detalle todas sus características, ventajas, inconvenientes, trámites y obligaciones.
