El Contrato de Alta Dirección es un tipo de contrato laboral que se caracteriza porque la empresa concede al directivo poderes para que realice funciones de gran importancia y responsabilidad, supeditado únicamente a los criterios e instrucciones directas que le comunique la persona o los órganos superiores de gobierno y administración de la empresa. La característica esencial de este tipo de contrato para personal de alta dirección es la existencia de una confianza recíproca entre las Partes, sobre la que se basa la propia relación laboral.

El Contrato incluye todas las cláusulas habituales que regulan las relaciones entre una empresa y los altos directivos que contrata, entre ellas: exclusividad, no competencia postcontractual, confidencialidad, retribución, resolución del contrato, indemnización, etc.

El Contrato cumple con la legislación laboral vigente y se acompaña de una Guía de Uso, en la que se explica el uso de las principales cláusulas.